Iniciar un proceso de crecimiento personal será de lo más valiente que vas a vivir en esta vida. El reconocer, recorrer y experimentar el camino de vuelta a casa es tu gran tesoro. Volver a tu naturaleza, a esa conexión tan íntima y sagrada basada en la libertad y en el amor.
¿Te imaginas lo que puede ser vivir tu vida desde ahí? Regresar a esa memoria, que en este mismo instante vive en tu cuerpo, en tus células.
Sé que tu ego no te permite vivir desde ese estado, bello y puro, como nos pasa a todo ser humano. Es normal…forma parte de la supervivencia del desarrollo. Y también te digo que es tu responsabilidad el ir trabajando en ti para saber cuándo se está colando.
¡Tú decides!
Te crees libre y en verdad eres esclav@
Partes de la base de que estás cieg@ de tu propia ceguera. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que no eres consciente de que estás viviendo la vida desde un estado muy limitado en cuanto a tus capacidades de percibir tu realidad.
Te lo explico mejor…
Naces con una consciencia, es decir, con todos los recursos necesarios para tu desarrollo completo del potencial. A medida que vas creciendo vas perdiendo esa memoria, que hace que te vayas durmiendo ante esa energía potencial inicial. La guardas sin saberlo.
Lo más peligroso de todo esto es que si no conoces que este proceso es así para tod@s, te crees libre en tus decisiones, tus acciones…cuando en realidad desde ese adormecimiento quien controla tu vida es tu ego, pero no tu esencia.
No nos conocemos. No conocemos el funcionamiento de nuestro ser, de nuestra alma, al menos que iniciemos un trabajo personal y desde mi punto de vista, también, espiritual. Un trabajo de vuelta a casa, a nuestro templo interior.
¿Y en qué se ve reflejado este adormecimiento? En la baja calidad de la vida emocional, en la motivación, en la dificultad de escuchar lo que viene de lo más profundo del ser, en la búsqueda del placer momentáneo.
“El ser humano en pleno funcionamiento está motivado por la abundancia, mientras que, en una condición inferior a la óptima, las motivaciones tienen la cualidad de la deficiencia, que bien podría describirse como el deseo de completar una falta”.
Abraham Maslow
Eres la luz y la oscuridad
Vives la mayor parte del tiempo en esa lucha, entre lo que quieres ser y lo que rechazas de ti. Entre lo que ves y lo que no quieres ver.
En la sombra (la parte que no ves y/o rechazas) hay mucha información sobre tu alma, sobre lo que tu esencia está queriendo expresar en este momento. La emoción espontanea, la intuición, el dolor que necesita salir, el amor hacia una persona. En la sombra viven muchas respuestas a esa incomodidad que vives en el día a día.
Si recorres el camino de tu oscuridad pasarás por revivir esas frustraciones, inseguridades, miedos, envidias, vergüenzas, temores,…que guardaste en el inconsciente. Y también te digo que descubrirás esa luz que te ilumina desde tu interior: El amor que eres, tus virtudes, tus pasiones sanas.
Tus virtudes y tus defectos son lo mismo en diferentes versiones. Los defectos en versión dolor e inconsciencia y las virtudes en versión luz, siendo las dos caras de la misma moneda.
El proceso pasa por integrar la luz y la oscuridad. Ahí reside la auténtica libertad.
“No es posible despertar la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”.
Carl Jung
Eres tu historia
Puedes hacer cambios hacia adelante, pero si no haces una transformación profunda no te servirá de nada, y esto pasa por entrar en tu historia. Volver a pasar por tu infancia.
Dime, ¿ qué puede haber más bonito y amoroso que conectar con tu niñ@? Con esa personita que vive dentro de ti. El/lla acumula lo que has vivido, lo bonito y lo doloroso, y se refleja en tu adult@. Debes revisar si aún se cree lo que otras personas le dijeron.
Una vez leí que los niños son buenos percibiendo y malos interpretando.
Eres pureza, aceptación y cambio.
¿Y entonces qué ocurre en el proceso? Que a medida que te vas viendo, vas aceptando tu historia…vas transformándote. Y esto es una de las bases de un proceso terapéutico. La transformación es tu naturaleza, y el sufrimiento lo creas cuando te opones a ella, cuando hay miedo al cambio.
No puedes escapar de lo que eres. Tu mente te puede hacer vivir la ilusión de que estás bien, pero estás sobreviviendo. No vives.
Eres un ser relacional
Si el daño nace en la relación, se repara en la relación.
La terapia es un lugar en el que explorarte y se da a través de la relación con tu psicoterapeuta. Una persona que también ha hecho y está actualmente en un camino.
A través de sus conocimientos, consciencia de sí mism@, presencia, mirada amorosa…se da una apertura de amb@s, lo cual promueve la entrega. El decir: “Junto a ti voy viendo quién soy. Me permito decir esas palabras, sentir esa emoción que tuve que reprimir para que no me rechazaran”.
Lo que viene siendo el experimentar un vínculo emocional profundo y sano. Y es desde ahí que se puede reparar el daño del vínculo que te dañó en el pasado.
La vida es un gran misterio y precisamente eso es lo apasionante de vivirla.
